El joven caballero Tirant lo Blanc, impulsado por sus nobles principios, se dirige a defender Rodas del asedio que sufre. Esta no será la única de las grandes gestas que vivirá y, gracias a su inteligencia y lealtad, el Emperador lo nombrará César del Imperio, concediéndole también la mano de su hija, la princesa Carmesina, de la cual está perdidamente enamorado.